Los bancos siempre me impusieron mucho respeto. Un señor/señora detrás de un mostrador con semblante serio y malhumorado que, con un monosílabo o, en su defecto, bufido, asegura resolver todas tus dudas financieras. Lo peor viene cuando la duda es seria. Entonces te sientan. Es ahí cuando empiezas a temblar. Es ahí cuando comienzan los sudores fríos y la "idiotez" se apodera de tí. Tus nociones básicas de Economía de 1º se reducen a "2x2=4". Y todo esto sólo para entender cómo funcionan los dichosos
fondos de inversión.
Pues... como alumna aventajada de las lecciones magistrales de "Mr. banquero amargado del Caja Madrid de la esquina", me honra anunciar mi inserción en el apasionante mundo de los fondos de inversión. Los hay de renta fija, de renta variable, garantizados, cuarto y mitad, de vuelta y media, a dos patas, arreglao pero informal, con faldas y a lo loco.....hay tantos tipos como ganas de salir del banco mientras entras por la puerta. Los gráficos y las curvas te absorven, mientras el tipo solo sabe hablarte de la rentabilidad de tu dinero a largo plazo, de la Bolsa y de los tipos de interés.
Ahora ya puedo decir que soy
"ahorradora". Ahora ya puedo sumarme al macrobotellón que inunda las calles de 21 ciudades españolas porque, como dicen los jóvenes españoles, prefiero "ahorrar en copas".
Ahora ya tengo patrimonio y dominio de mis cuentas (varias).
Siendo así, me ahorraré las palabras...