Imágenes

Han sido varios días manejando fotografías. Gran responsabilidad de la que me siento enormemente orgullosa.
Varios días manejando caras, miradas, vivencias, momentos; manejando alegrías y miserias de gente; manejando aprendizaje, sabiduría, duro trabajo y dedicación; manejando fe, amor, belleza, frio, calor, ilusión, miedo...

Y es que el valor de una imagen es incalculable. Imágenes de momentos concretos. Imágenes de una miseria, de un día de colegio, de una comida (gran día de fiesta), de una jornada de juegos.....imágenes de una visita, de una reivindicación, de un curso-taller......imágenes del campo, de animales, de cultivos, frutas y verduras. Imágenes de un niño, de varios, de mujeres, de su empoderamiento, de hombres, agricultores, doctores y doctoras....

Varios días ahí sentada, desde una silla rota y en pleno centro de Madrid, en contacto con pueblos, países, realidades y escenarios diferentes.
Varios días valorando desde mi "cómoda posición" la fuerza del color y sus contrastes y las ganas de vivir de mucha gente. Catalogando cada imagen y decidiendo su destino con crueldad.

El aula de Zaire, la jornada de juegos en Uruguay, las fiestas en la India o los campos de Filipinas quedarán archivados para el buen uso de todos y todas.
Los que corran peor suerte serán almacenados en un rincón y esperando a ser rescatados de la memoria algún que otro día.

Gracias y buena suerte

Firme condena estival

Bueno, bueno, bueno.....veo que estáis sedientos de mi destreza literaria. Percibo cierta ansia de debate, espíritu de crítica, nostalgia de palabras e inquietud de conocimiento.
Asi pues, enormemente orgullosa ante tal reivindicación, me reincorporo a éste, mi espacio, con aire estival y temas pendientes.

No podría comenzar esta reinserción laboral, sin antes alzar la voz en contra de LA VIOLENCIA. No tengo palabras para explicar mi frustación (y supongo que la de todos) ante tan esperpéntico escenario. Sólo me apetece gritar en la oreja de unos y de otros; gritar hasta quedarme ronca. Mirarles a los ojos y hacerles ver que todo esto es un "sinsentido" común e inmoral, que no tiene principio y que parece no tener final. Decirles a ambas partes que no hay motivos que justifiquen esta oleada de violencia injusta e innecesaria y que es hora ya de darse cuenta. Que es hora ya de aprender de la Historia, que es sabia, y ver cómo a lo largo de los años las bombas y las muertes han servido solo para destruir, romper, enfrentar y DIVIDIR.

Y yo me pregunto: A estas alturas..... ¿qué más da quién tenga la razón? ¿cuál es la necesidad de buscar a los buenos y a los malos de este conflicto? ¿por qué ese ansia de apuntar y señalar al culpable? ¿cuánto queremos saber acerca de estos pueblos, de sus gentes, de su historia? ¿estamos dispuestos a conocerlos más? y, si no, entonces ¿por qué opinamos? ¿por qué juzgamos? ¿Por qué no dejamos de hablar y emitir juicios de valor absurdos y nos movilizamos?
El problema es que la pequeña "lente de Occidente" o este ojo que todo lo ve, sufre de miopía cuando se trata de mirar hacia Oriente Próximo. El campo visual disminuye cuando enfocamos nuestra mirada a ese lado del mundo y, el problema es que, se agotan las lentes graduadas. Solo contamos con lo que tenemos: DESINFORMACIÓN A RAUDALES. Es triste darse cuenta de esto. Es triste saber que en el conflicto pañestino-israelí hay muchas más cosas que un pañuelo y una foto; que la masacre no tiene límites y que la manipulación informativa tampoco. Que nada es objetivo y que la información es sesgada. Que la ignorancia es nuestra única arma de juego y que hay pocas posibilidades de que todo esto cambie.

Pero, si bien es cierto que solo desde el respeto de los pueblos y de sus gentes se pueden llegar a entender determinados comportamientos y actuaciones......me váis a permitir que, en este caso y solo en éste, opte por no entender nada antes que respetar el uso indiscriminado de la violencia.